Luz de fondo
Desde que en 2003 obtuviera una beca en la Casa de Velázquez, la carrera de Christophe Prat no ha dejado de crecer exponencialmente. Segundo premio en la VII edición de los Premios Ángel de pintura (2005), Primera Medalla en la LXVII edición de Valdepeñas, y por último en 2007 Primer Premio en el XXIX Salón de Otoño de Plasencia y Beca Endesa de Pintura. Caben pues pocas dudas de que al pintor francés, y por ende a sus cuadros, les sienta bien el radiante sur. Pura lógica, si tenemos en cuenta que la luz protagoniza una obra concebida como un flujo continuo ,“no soy un pintor de series” afirma, tampoco un geómetra, “la geometría está ahí para ensamblar trozos de luz”. Pintura luminosa, esencial, meditativa, tendente a lo sublime lo que le emparenta con Rothko, aunque también habría que citar a Esteban Vicente con el que comparte un amor confeso por el paisaje “ante el paisaje, te olvidas del hombre”. Pero faros y afinidades aparte, Christophe Prat posee un estilo inequívoco que Juan Manuel Bonet define así “ya inconfundible, sólo suyo, su modo de delimitar planos en la luz”.